El Departamento de Lenguas Extranjeras se unió una vez más en un acto de solidaridad y preparación ante los desastres naturales al participar en el simulacro de temblor anual. Este ejercicio no solo tiene como objetivo recordar a las víctimas de los terremotos ocurridos en México en los años 1985 y 2017, sino también promover la conciencia y la preparación en caso de futuros eventos sísmicos.
El 19 de septiembre de 1985 marcó un día oscuro en la historia de México cuando un devastador terremoto de magnitud 8.1 golpeó la Ciudad de México, cobrando miles de vidas y dejando un rastro de destrucción. Este trágico evento desencadenó un profundo sentido de unidad y solidaridad en la sociedad mexicana, que se manifestó en la respuesta de las personas para ayudar a quienes se encontraban en situación de emergencia.
Lamentablemente, el 19 de septiembre de 2017, exactamente 32 años después, otro poderoso terremoto sacudió nuevamente la Ciudad de México y otros estados, con una magnitud de 7.1. Esta tragedia recordó a todos la importancia de estar preparados y listos para enfrentar situaciones similares.
En este contexto, Lenguas Extranjeras , se ha mantenido comprometida con la preparación y la memoria de estas tragedias a lo largo de los años. Este año, en el simulacro de temblor 2023, nuestros esfuerzos se tradujeron en un tiempo de evacuación de 3 minutos con 10 segundos.
Se contó con la participación de un total de 424 estudiantes y 43 empleados, incluyendo personal administrativo y docentes, quienes participaron activamente en el ejercicio. La rápida y coordinada evacuación es un testimonio del compromiso de nuestra comunidad con la seguridad y la preparación ante desastres. Mientras que el simulacro vespertino , tuvo una duración de 3 minutos con 54 segundos. Y se contó con la siguiente participación: 510 estudiantes y 23 empleados administrativos y docentes, un total de 533 participantes.
En este día, recordamos a las víctimas de los terremotos de 1985 y 2017 y honramos su memoria mediante la preparación constante. Reconocemos la resiliencia de México y su capacidad para unirse en tiempos difíciles, y nos comprometemos a seguir trabajando juntos para mantener a nuestra comunidad segura.
El simulacro de temblor es más que una mera práctica; es un recordatorio de nuestra responsabilidad compartida de estar preparados y listos para ayudar en momentos de necesidad. Continuaremos trabajando juntos para fortalecer nuestra preparación ante desastres y contribuir a un México más seguro y resiliente.